Conocido también como ombligo y zona umbilical, el ombligo, visualmente prominente, está centrado en el abdomen, en el adulto joven y delgado a la altura del disco entre la 3ª y 4ª vértebras lumbares. Es el resto de la brecha en la pared abdominal que conectaba a la madre y al feto a través del vaso sanguíneo que contiene el cordón umbilical. La brecha en la pared abdominal puede persistir en la infancia dando lugar a una hernia umbilical que puede requerir reparación quirúrgica, pero lo más frecuente es que remita espontáneamente.

Para la mayoría de las personas, el ombligo es una cavidad deprimida que requiere un cuidado higiénico ordinario; cuando éste falta, pueden desarrollarse infecciones superficiales o formarse una especie de cuerno. Algunas personas presentan un ombligo extruido, que no es una hernia, pero tiene un aspecto "diferente" y puede ser motivo de preocupación. La hernia umbilical es un problema también en la vida adulta, comúnmente asociada a la obesidad abdominal; puede aparecer con el embarazo y remitir tras el parto, o puede ser una característica permanente con un anillo apretado en la desembocadura que dé lugar a una hernia obstruida que requiera corrección quirúrgica.

Para quienes no les gusta el aspecto de su ombligo, se obtiene alivio mediante la umbiliocoplastia, conocida coloquialmente como "cirugía del ombligo". No se trata de reparar un defecto como una hernia, sino estrictamente de crear un aspecto más agradable, o menos desagradable. Como tal, el posible paciente y el cirujano se pondrán de acuerdo antes de la operación sobre qué aspecto va a agradar más al paciente. Se reconoce que la ropa de uso común, no sólo la de baño, expone el ombligo, y la decoración con joyas ya no es prerrogativa del exótico oriente.